martes, noviembre 27, 2012

AMAZONAS!!

Lo decidimos un lunes, compramos los billetes el martes y el sábado estábamos rumbo al centro del Amazonas.

Cinco días, cuatro noches en la selva (vaaaaaaale, en unas cabañas + restaurante dícese lodge) sin teléfono, sin internet, sin agua caliente, sólo cuatro de horas de luz eléctrica.... absolutamente una perfecta escapada de la ciudad con sus rascacielos, sus buitres, su basura, sus aceras-trampa que me hacen esguinces, su ruido... pero en fin, volvamos a la selva...

El Amazonas es agua. Siempre que se hablaba del Amazonas venía a mi una imagen de árboles, y animales. No, el Amazonas es agua, es el agua el que marca el ritmo de la vida. Con crecidas de hasta 20 metros de altura, el paisaje cambia totalmente de la época seca a la lluviosa.

Sin embargo, lo que más me gustó son los sonidos, esa tranquilidad que te invade cuando sólo escuchas los sonidos de todos los animales que viven allí. Cuando escuchas el aullar de los monos, los insectos, los pájaros...

Y la imagen con la que me quedo es la de una tarde lluviosa, leyendo en una hamaca, con solo el sonido de la lluvia en la selva... y su posterior explosión de vida.

jueves, agosto 02, 2012

...

Debería estar trabajando pero no puedo...
Estar aqui contando las horas que quedan...
El corazón dividido entre lo que dejo y lo que espero...
Si no fuera por ti...
Y mantener la esperanza... de poder volver...
Y no mostrar mis lágrimas a los que diré hasta luego...
Y lo maravilloso... que me estés esperando...
Y sacar fuerzas para seguir luchando...
Conseguir los sueños... sin olvidar el presente...
Y seguir luchando...
Esperanza no me abandones....
Y tú... sigue a mi lado....
Y que siempre pueda volver...
Dónde mi corazón quiera volver...

viernes, marzo 23, 2012

Desde el Autobús


Salgo de casa... camino hacia la parada. Gente corriendo alrededor del canal. Hoy no es lunes, no me voy a encontrar los últimos borrachos del domingo, que continuan bebiendo al lado del canal o están dormidos entre la basura.

Ya en la parada, el lavacoches cantando, como todos los días, qué energía tiene siempre.

Espero, llega, subo, pago a la persona cuyo trabajo es cobrar el ticket y dejarte pasar (no, no es el conductor, no es una máquina, es una persona)

Busco un asiento al lado de una ventana, cosas que aprendes cuando vives en una ciudad con una temperatura media de 27 y una humedad del 80% y sin aire acondicionado en el autobús... las ventanas son tu salvación.

Me pongo música y miro por la ventana.. y veo... tráfico, mucho tráfico... edificios altos muy lujosos, como pequeñas islas, con su cerca electrificada y su pequeño paraíso una vez traspasas la seguridad.. veo edificios bajos, cada uno diferente, según el estilo y el dinero del propietario, algunos bien cuidados otros llenos de mugre y moho... veo las aceras... sin ninguna uniformidad, con sus subidas y bajadas (dependiendo de cómo haya decidido el dueño del edificio hacer su porción de acera, si tiene en cuenta la gente o sólo le preocupa que su coche pueda entrar bien en casa) una verdadera tortura para gente mayor, con alguna discapacidad o simplemente si llevas tacones (por lo menos para mí, las mujeres de aquí están acostumbradas.. yo me hago esguinces incluso con zapatillas..)

Y veo... basura... en los pocos árboles que hay... basura en las aceras, si hay suerte todavía en sus bolsas.... basura acumulada por las últimas lluvias en los canales de drenaje.... veo... agua sucia... que sale de las casas y vierte directamente al drenaje entre la acera y la calzada... verde... blanca... negra....

Y veo... gente... esperando... caminando... llevando a los niños al colegio... adolescentes a las puertas de los colegios.... gente durmiendo en la acera... a veces con vendajes señales de alguna reyerta... hombres que llevan a sus mujeres y niños en bicicleta al trabajo o al colegio... veo gente de todas las tonalidades, negros, indios, japoneses, blancos, pelirrojos... con todas las posibles mezclas que te puedas imaginar... a veces mezclas espectacularmente bonitas... otras veces no... niños y niñas... que todavía no han perdido la inocencia y no tienen esa mirada dura, desconfiada, que veo sobre todo cuando me acerco a los suburbios.. favelas... invasion... como quieras llamarlo

Me voy acercando a las afueras... las casas van cambiando.. ya no hay edificios altos.. aquí el símbolo de riqueza es tener una casa de ladrillo... se van alternando con las de madera... más suciedad... a veces cuando la lluvia se junta con una marea alta, calles enteras se inundan... del agua del canal... agua de desperdicios.. agua sucia que entra en sus casas... cruzan la calle con el agua hasta casi las rodillas, los zapatos en la mano, los niños en los hombros... y esperan... con resignación a que el agua baje...


Y llego... me bajo, con cuidado no sea que venga una bicicleta que no haya visto... sorteo la basura... saludo al caballo piojoso... entro en el recinto... camino sorteando los ciempiés... a veces culebras... miro a mi alrededor... la selva.. a veces una garza remonta el vuelo... mariposas... entro en el edificio... saludo al guarda armado... ya he llegado

miércoles, enero 25, 2012

Vientos de cambio.....

Los siento llegar... al principio como una sensación, sólo es un leve sentimiento que recorre mi cuerpo. Después, veo cómo los acontecimientos se mueven a mi alrededor, lentamente, imperceptiblemente. Y finalmente. Lo siento en mi cara, en mi cuerpo, en mi alma.. Ese soplo que se puede convertir en un huracán. Que puede hacer temblar los cimientos de todo lo que conozco hasta ahora y transportarme a nuevos lugares.

Y a veces me gustaría tener una vela, para poder controlar un poco hacia dónde me llevan. Para poder tener la ilusión de que dirijo mi destino, de que puedo llegar allí donde quiero, aunque tenga que ir haciendo zig-zag como los buenos marineros…

Sin embargo, de qué me sirve una vela si no sé hacia dónde dirigirme? Hacia dónde virar, a qué puerto quiero llegar? Sólo conozco algunos puntos, pero no sé el camino hacia ellos
Y así sólo puedo tener fé de que me depositará suavemente en una nueva etapa, y esperanza de no sufrir mucho en el zarandeo del camino.

Esperanza, esa es la única luz, el único farol que puedo llevar conmigo en medio de la tempestad. Un farol para poder cuidar de mi corazón que viaja conmigo, que intenta guiarme, que es poderoso y a la vez intraquilo, indomable y un poco consentido y sin embargo… rebelde…

Y ahí está, luchando contra el viento, intentando ser pesado para poder permanecer quieto, porque le aterra lo desconocido. Pero el viento es fuerte, poderoso, fiero y está dispuesto a poner a prueba el corazón, para demostrarle que puede sobrevivir…

Solamente espero que el viento no se equivoque… que por lo menos me ayude a ver un nuevo sitio y me ayude a descubrir hacia dónde quiero ir, para así estar preparada la siguiente vez y tener una vela, aunque sea pequeña, para poder empezar a navegar.

Y ahora.. lo siento… ya está empezando a alborotar mis cabellos…

Estás preparado corazón?